Lepidópteros

 

FICHA CATALOGRÁFICA
 

Carpeta V. Carpeta de forma italiana con pastas verdes, 52 folios con obra plástica de JJT.
9 7/8 x 6 1/4"
Descripción por folio.

26) Lepidópteros.
Tinta, lápiz y acuarela sobre papel.
4 1/8 x 7 1/8"
[Cada figura aparece numerada. En el ext. sup. der. ms. tinta negra. "Lepidópteros, fig. 1". En el ext. sup. izq. ms. tinta negra: "fig. 2 y fig. 3".]
 
 

NOTA
 

Este dibujo, como varios más que se encuentran en el Archivo José Juan Tablada, es consecuencia de la afición del poeta a la entomología. El 27 de abril de 1913, en su Diario, anotó: "Compré ayer el precioso libro sobre lepidópteros: Moths of the Limberlost ilustrado con colores y fotograbados por Gene S. Porter" (Obras IV, p. 112). Sin duda, el ejercicio de observación minuciosa propio del naturalista influyó de alguna manera en su creación poética. El título "Lepidópteros", orden de insectos al que pertenecen las mariposas, se ve reflejado en la incorporación de estos seres en varios de sus poemas, acompañados del simbolismo que les es propio. En la nota a Dos mariposas pequeñas ya se comentaron las composiciones en que aparecen las mariposas nocturnas. Veamos ahora algunas de las que incluyen a las mariposas diurnas.
    La imagen de la mariposa surge por primera vez en el poema "Serenata" (1891), en el que la música tiene un carácter volador y es identificada con un ala. Por ello, el poeta exclama: "Mi serenata conmueve ... / ¡Besos, volad! ¡Mariposas, / libad sus senos de nieve!" (Obras I, p. 37). En "Nirvanah" (1893) la mariposa multiplica sus asociaciones: "¡Si como el sol entre la bruma pálida / surge el perdón en tu glacial orgullo, / verá la Primavera dulce y cálida / volar la mariposa en la crisálida / y reventar la flor en el capullo!" (Obras I, p. 72). La misma comparación se repite en el poema "En primavera" (1896), donde se celebra la llegada de la nueva estación:
 

          En primavera

Sal de tu sueño. ¡La Diosa 
Primavera se levanta 
de su tálamo de flores 
adonde la luz estalla! 
Brilla el sol. Surgen radiantes 
del botón las rosas blancas 
y vuelan las mariposas 
en torno de las crisálidas. 
[...] 
 

[Obras I, p. 81]

 La asociación entre la mariposa y la flor se repite de una manera más clara en otro poema del mismo año:
 

          En un abanico

Ala leve y temblorosa: 
¿serás tú la mariposa 
que hasta un seno amante vaya? 

Ala leve y temblorosa:
sé la blanca mariposa 
que en el cáliz de la rosa 
se desmaya... 
 

[Obras I, p. 87]

Más adelante, encontramos las ideas de vuelo, levedad, alas, polvo y besos vinculadas a la imagen de la mariposa en "Variaciones sobre un tema" (1900), brillante ejercicio de métrica, muy al estilo modernista, incluido en la segunda edición de El florilegio (1904). El paralelo entre la mariposa y la flor llega al grado de identificación total en la imagen que ofrece el siguiente haikú de El jarro de flores (1922):
 

          Día de sol

Hay una mariposa 
en cada flor... 
 

Las ideas de fragilidad y fugacidad también se manifiestan en la imagen de la mariposa. Por ejemplo, en "Por qué suspiro", el amor es comparado con una mariposa en una tempestad, y en "Habla el marinero" (1923), las hembras se deshacen en flores que vuelan como mariposas (Cf. Obras I, pp. 544 y 562). El prólogo poético a Un día... (1919) ofrece un ejemplo de fugacidad muy interesante pues conjuga el oficio poético del haikú con la práctica del entomólogo:
 

            [Prólogo]

Arte, con tu áureo alfiler 
Las mariposas del instante 
Quise clavar en el papel; 

En breve verso hacer lucir, 
Como en la gota del rocío, 
Todas las rosas del jardín; 

A la planta y el árbol 
Guardar en estas páginas 
Como las flores del herbario. 

Taumaturgo grano de almizcle 
Que en el teatro de tu aroma 
El pasado de amor revives, 

Parvo caracol del mar, 
Invisible sobre la playa 
Y sonoro de inmensidad! 
 

Además de los paralelos anteriores, las mariposas están asociadas a la idea de la metamorfosis, cuya representación es la imagen de la crisálida, símbolo de la gestación en lo oculto. Tablada la utiliza para referirse a la creación literaria en "Poesía en honor de los norteamericanos": "¡La musa en el obscuro hipogeo reposa! / ¡Así duerme en la cárcel de su botón la rosa; / así bajo la tierra duerme la gema pálida; / así el canto en la lira; así la mariposa / dormita bajo el yerto pavor de la crisálida!" (Obras I, p. 100).
    El mejor ejemplo del uso del proceso de metamorfosis para simbolizar la evolución del alma se da en el poema "Fábula X4". En él se incluyen tanto la asociación de la mariposa a psyche –el alma–, del gusano al cuerpo, y la crisálida a la transformación como otras convicciones espiritualistas de Tablada y sus cruces con la filosofía de la cuarta dimensión:
 

                    Fábula X4

Aquí en el mundo de la 3ª dimensión 
soñó la oruga ser un faraón. 
(No hay a una momia nada 
tan semejante como una crisálida.) 

Y aunque en el hiperespacio 
sean momias y crisálidas 
fragmentos de una misma intersección, 
Psique de mariposa reflejará en su iris 
el Ojo Cósmico de Osiris... 
Allá, en la 4ª dimensión... 
 

[Obras I, p. 601]

En "Elogio del buen haijín", el poeta refuerza la visión anterior: "Para el haijín no hay trivial cosa. / Todo un drama cabe en un grito; / la serpiente es un infinito / y Psiquis... ¡una mariposa!" (Obras I, p. 610). Por otra parte, el proceso contrario, la regresión de la mariposa a la crisálida y de ésta a la oruga, también se da en el poema  "Cabaret", como consecuencia de que los relojes anden hacia atrás. Esta idea de viaje en el tiempo tiene que ver con la influencia de la Teoría de la Relatividad en el espiritualismo y la filosofía de la cuarta dimensión.
    Por último, cabe señalar que si Tablada dibuja solamente dos fases del proceso de la metamorfosis en esta acuarela, en Metamorfosis de un insecto y Oruga y mariposa incluye las tres.
 
 

RMS