José Juan Tablada y Nina Cabrera de Tablada José Juan Tablada y Nina Cabrera de Tablada (Reverso)

 

FICHA CATALOGRÁFICA
 

103. José Juan Tablada y Nina Cabrera de Tablada.
Fotografía en blanco y negro.
2 3/4 x 4 1/2"
[Al reverso: "Mi Cheki / y yo en / our [ilegible] U.S.A." Maltratada, restos de pegamento y mutilaciones.]
 
 

NOTA
 

Cuando José Juan Tablada casó con Nina, su segunda esposa, tenía 47 años y ella sólo contaba 22. Las emociones del poeta ante esa abismal diferencia de edades fueron expresadas en el siguiente poema que Nina reprodujo en José Juan Tablada en la intimidad:
 
 

     Por qué suspiro...

Suspiro... porque cierto 
Es el fatal mañana, amada mía! 
Porque yo estaré muerto 
Cuando tú serás joven todavía...! 

Porque florida y juvenil te miro 
Y yo, me siento ya mustio y deshecho... 
Por eso mi pesar se hace suspiro 
Y brota del abismo de mi pecho. 

Como una flor azul, tierna y jugosa, 
Que se doblega allí donde se posa 
Tu talón de carmín, tu pie de plata. 
Así, mi pobre amor se desbarata 
Como en la tempestad la mariposa! 

Adorada, divina, bendecida, 
Pienso que me consumo en adorarte 
Y que es triste tener sólo una vida 
Y un solo corazón que poder darte! 

Yo soy una hoja seca; tú, rocío; 
Tú empiezas a vivir y yo me muero; 
Yo soy la felpa negra de un joyero 
Adonde brillas tú, diamante mío! 

Son tus amores rosas en las cruces 
De mi existencia lóbrega y liviana; 
Ya yo me inclino como los saúces 
Y tú brillas ¡oh Sol de la Mañana! 

Vano el rumor de tus sedosas faldas 
Aunque recelen cármenes y lises! 
¡Ángel, quiero besar en tus espaldas 
De tus alas de ayer las cicatrices! 

No equivoques, arcángel, mis delirios: 
Mi pasión es ardiente, mi amor puro, 
Y hace mi beso que lo más impuro 
de ti, florezca en perfumados lirios! 

Tiemblo de amor y celos si te miro, 
Tengo celos de todo, hasta del tul 
Que te adorna... por eso mi suspiro 
Desde el negro pesar en que deliro 
Sube hacia ti como una flor azul! 

Písala con tus pies ¡oh vencedora! 
Písala, mi bacante, con furor 
Sagrado... Soy la tarde y tú la aurora, 
Yo soy la sombra  y tú eres el Amor! 

Mañana tú te irás, divina y pura, 
Cual lo dijiste ayer... la mariposa 
De tu beso, se irá... pero en mi fosa 
Yo pensaré en tu honda sepultura! 

Libre y desnuda de carnales velos... 
Con qué intenso placer así te miro! 
Entonces ya tú no me darás celos 
Ni habrá en mi pecho un trágico suspiro! 

Entonces nuestras almas, flores bellas, 
Se darán besos con el polen de oro... 
Entonces serás tú lo que yo adoro 
Y han de ser nuestras almas dos estrellas 
Allá en el cielo de zafir y oro! 

[1919]
 
 
Este poema, cuenta Nina, fue suscitado por una escena de celos en Bogotá, durante la primera recepción diplomática a la que ella asistió. Tablada conversaba con una bella joven francesa y Nina bailaba con un joven holandés, agregado militar en su legación. Tablada, visiblemente molesto y dirigiendo una mirada "severa y penetrante" al joven, consiguió interponerse con su compañera de conversación entre la joven pareja (ibid., pp. 27-29).
    Lo más probable es que el texto manuscrito al reverso de la fotografía diga "Mi Cheki / y yo en / our honeymoon / U.S.A.". Esto sitúa la fotografía en el periodo previo al viaje del matrimonio Tablada a Sudamérica. Nina señala la fecha y lugar exactos de su boda (9 de octubre de 1918, en Nueva York) y agrega: "a fines de 1918 emprendimos nuestro viaje de bodas rumbo a Sudamérica". Pasaron primero a Washington, donde visitaron unas horas la embajada mexicana, y siguieron a Key West, donde se hospedaron en el Hotel Oversea por varios días. Éste puede ser el escenario de la fotografía. Más tarde viajaron a La Habana, donde se alojaron en el Hotel Plaza (pp. 17-19). En el número de homenaje a Tablada que organizó Revista de Revistas en 1937, fue publicada una foto muy similar a la que nos ocupa.
 
 

ELV/RMS