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FICHA HEMEROGRÁFICA
Jardín de la casa de Coyoacán de José Juan Tablada.
Fotografía incluida en Francisco Gándara, "Tablada", en Revista de Revistas, 22 de junio de 1913.
[Nota general al conjunto de fotografías: "La casa del poeta Tablada, en Coyoacán. En nuestro grabado aparece el poeta en el pabellón japonés de su morada de Coyoacán, tomando té a la moda del imperio del Sol Naciente, y en la parte baja del mismo grabado se le puede ver practicando un rito "shintoísta" de aquellas lejanas regiones. En el ángulo superior derecho se ve un rincón del jardín, que deja aparecer parte de la fuente colonial de azulejos. La casa de Tablada es un verdadero museo, en el que ha desplegado su indiscutible gusto artístico el notable escritor". Esta fotografía no forma parte del Archivo Gráfico José Juan Tablada.]
NOTA
En esta fotografía del jardín de la casa de José Juan Tablada en Coyoacán aparece un detalle que el escritor no describe con precisión ni en su Diario ni en sus memorias. Al fondo de un breve sendero, se levanta un pequeño santuario al que se llega después de atravesar un torii o pórtico shintoísta. Como lo sugiere la nota de Francisco Gándara al conjunto de fotografías, quizá Tablada practicaba ceremonias orientales en este pequeño recinto.
A propósito del torii, cabe observar que Tablada utilizó el concepto en varias ocasiones. Por ejemplo, el prólogo de su libro Hiroshigué: el pintor de la nieve y de la lluvia, de la noche y de la luna (1914) lleva el título de "Torii" con una nota a pie de página que explica: "Ante mi libro este prólogo es como el pórtico sagrado ante los santuarios del shintoísmo; un pórtico semejante en su forma a la A con que firmaba sus grabados el maestro Alberto Durero". Un poco antes, el poeta había consignado una idea similar al describir el tokonoma Okusai que se encontraba en su biblioteca.
En el Diario hay algunas menciones del jardín, que fueron escritas sin la carga de nostalgia posterior, resultado de su pérdida. El 2 de diciembre de 1912, casi dos años antes de abandonar el país, Tablada anotó:Comenzaron el jardinero y su ayudante el lavado anual del lago del jardín, que en esta época del año, tras la caída de las hojas de los sauces, queda sucio y enturbiado. Con ese motivo notamos la falta de muchos peces de colores y de la más grande de las carpas. Indudablemente alguien ha estado robándolos... Lo que más siento es que por el robo estúpido, los peces, que tanto trabajo me costó domesticar, han perdido la confianza y están "huidos" y recelosos. Ya no acuden al verme, ni se acercan cuando les arrojo pan. Las tortugas, también azoradas, no salen de lo más profundo. La gran carpa que me robaron estaba domesticada, tan confiada como lo están en el Japón, en ese país en que el hombre es el amigo de esos tranquilos seres y no es, como aquí, el ser de presa, cruel y siempre en acecho y persecución de los animales más bellos, suaves y útiles, del perro, del pájaro, de la mariposa... [Obras IV, p. 74]El amor por los animales que se percibe en estas líneas se complementa con las descripciones posteriores, incluidas en el segundo volumen de sus memorias, Las sombras largas, donde el escritor da un lugar especial a varias criaturas de su jardín. Por ejemplo, el sauz al que profesaba una singular devoción: "el sauz de mi jardín, que inclinaba sus largas ramas sobre el lago, como si quisiera coger las estrellas que en él se reflejaban, tenía un espíritu y una leyenda especiales que yo le había formado" (p. 160). El poeta también tenía un gran aprecio por otras plantas, como la madreselva y el durazno, que fueron de las primeras que florecieron en "El Buen Retiro", pero sobre todo por las orquídeas, a las que dispensó grandes cuidados. Algunos párrafos más –de los muchos que Tablada incluyó en Las sombras largas– contribuyen a formar una imagen de los elementos de este sitio, hoy desaparecido, que tuvo un lugar tan importante en la vida del autor:De aquel jardín, de aquella casa, quedan muchos vestigios en mis libros y escritos inéditos en prosa y verso.La mención que Tablada hace del "pabellón japonés" hace pensar que tal construcción podría corresponder a la que aparece en la foto pero lo más probable es que dicho pabellón sea la llamada "casa japonesa". Véase la nota a la imagen Casa japonesa de José Juan Tablada.
El poema "Los pijijes", todavía inédito en libro, aunque dedicado a mis aves familiares, refleja como una jaula de cristal aspectos del jardín donde cuelga:
Glauca sombra de la tortuga
entre dos aguas, en el lago;
breve retracción de la oruga
en la hoja del jaramago;eléctrica luz que en la bruna
sombra, difunde en el vergel
romancescos claros de luna,
y a cuyo ampo no hay flor alguna
que no parezca de papel ...Cosas y aspectos: el lago japonés en forma de jiotan o bule nuestro, con sus puentes incurvados y poblado de tortugas que salían a tomar el sol meridiano en el islote del centro o sobre las musgosas piedras de la orilla, todo existió y su impresión literaria es d'aprés nature... [pp. 162-163]
Muchas tardes me envolvió el crepúsculo sentado en la verandah del pabellón japonés edificado en medio de mi jardín, despidiéndome en larga y amorosa contemplación de los árboles frondosos que yo mismo trasplanté, de las flores exóticas que lográ aclimatar, del lago lleno de peces y tortugas que acudían al verme llegar, de los patos pijijes de plumaje carmelita y pico y patas de coral, que me acompañaban con extraño murmullo de bienvenida en mis largas rondas por los vericuetos del jardín... [p. 460]
El jardín japonés de "El Buen Retiro" no fue el único que Tablada construyó. Como se puede leer en la nota a la imagen Dibujo de jardín con anotaciones, el autor de Un día... también diseñó y cultivó jardines similares en las montañas de Catskill y en Cuernavaca.
RMS
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