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FICHA CATALOGRÁFICA
74. Colección de trece tarjetas postales.
7) Columbarium del Carmen.
5 x 3 1/8"
[Al reverso ms. con lápiz: "Columbarium en la catacumba / del Carmen, París".]
NOTA
Este columbario, que en vez de urnas cinerarias tiene los cráneos de los monjes carmelitas, es interesante dentro de las imágenes que José Juan Tablada coleccionó, por la mención que hace de otros osarios. En una de sus crónicas neoyorquinas, incluidas en el CD ROM La Babilonia de Hierro, al describir el Valle de México, apunta: "Todo el subsuelo es un osario... Todos los templos de Cristo se levantan sobre panteones subterráneos, sobre catacumbas apretadas de ídolos..." (El Universal, 31 de octubre de 1926).
Una imagen azteca que recuerda la disposición de estos cráneos es la del tzompantli.
Reproducida en Yólotl González Torres, El sacrificio humano entre los mexicas, p. 283.
La imagen procede de la Historia de las Indias de la Nueva España y Islas de la Tierra Firme de fray Diego Durán, obra de la que Tablada coleccionó un par de estampas, que se encuentran en el Archivo José Juan Tablada: Combate ritual y Vida e historia precolombina. En una crónica de Nueva York dedicada por entero a comentar el Día de Muertos, Tablada describe el tzompantli de la siguiente manera: "un rosario donde las enormes cuentas son los cráneos de sien a sien y de cien en cien taladrados por las barras del Tzompantli, que en el recinto del Templo Mayor, 'intramuros' del Coatepantli o muralla de serpientes, hizo temblar al propio capitán aguerrido y escriba ilustre, mi señor don Bernal Díaz..." (El Universal, 1º de noviembre de 1931). El poeta también utiliza esta imagen al comentar el libro The First World War: A Photographic History: "Este libro es monumental, aunque siniestro, como aquel montículo que el Japón feudal hizo con los millares de orejas de sus enemigos, como el Tzompantli de nuestros ancestros, hecho con cráneos de víctimas, o como la estructura de cascos prusianos hecha en Francia y estampada en el libro que nos ocupa..." (El Universal, 3 de septiembre de 1933). En su Historia del arte en México, Tablada también menciona "altares pétreos que son hacinamientos de cráneos".
RMS
