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FICHA CATALOGRÁFICA
74. Colección de trece tarjetas postales.
9) Detalle de la catacumba del Carmen.
3 1/2 x 4 1/4"
[Al reverso ms. con lápiz: "Detalle de la / catacumba del / Carmen / París".]
NOTA
En 1814, parte de los restos del Convento Carmelita en Place Maubert fueron trasladados a las Catacumbas de París, lugar que Tablada muy probablemente visitó durante alguno de sus dos viajes a la capital francesa. Es notable la impresión que estos osarios le causaron a Tablada, pues se refiere a ellos de varias maneras en sus crónicas. Por ejemplo, en algunos de los textos que escribió desde Nueva York, identifica el submundo del hampa de esa metrópoli con las catacumbas. Después de describir una campaña por medio de carteles que el gobierno de la ciudad estaba sosteniendo contra el "sindicato del crimen", observa:
Pero los aludidos y amenazados, que no tienen tiempo que perder en escarceos literarios y gráficos, parecen haberse puesto de acuerdo, allá en las catacumbas donde mora el underworld para responder al desafío con hechos cada vez más osados, cada ocasión más exasperantes y crueles. Consecuencia o coincidencia, pero el hecho es que después de esos carteles, la "Ola del Crimen", que desconoce aquí las mareas bajas, se ha tornado gigantesca como una montaña, y aterradora como un terremoto [El Universal, 27 de septiembre de 1925].Sin embargo, Tablada también se refirió a las catacumbas para anunciar, en contrapartida, el surgimiento de una "revolución espiritual", estableciendo un paralelo con el uso de este tipo de subterráneos por los primeros cristianos. De esta manera, según Tablada, bajo la superficie también mora una fuerza que da esperanza ante la creciente tragedia del dominio de la sociedad por rufianes, gangsters y prostitutas:Esto es lo que se ve, éste es el halalí delirante de los explotadores predatorios que caen sobre su presa al aullar de la jauría y al frémito de las trompas de caza.Tablada ya había hecho una descripción similar, a manera de invocación a la ciudad de Nueva York, en la que los elementos corruptores de la sociedad son las fuerzas capitalistas y mercantilistas:
Pero hay algo invisible, poderoso, incontrastable que no distinguen sino los que pueden ver la gestación palpitante bajo el tumulto superficial.
Como los cristianos primitivos en las catacumbas los salvadores de esta sociedad y del mundo entero confían y esperan... [El Universal, 16 de octubre de 1932].–Ah, Nueva York, ciudad de los contrastes, de las tesis y de las antítesis, sólo puedes ser gris e inexpresiva para aquellos cuya mirada se detenga en la superficie semejante de tus casas monótonas...! –Pero para quienes vean más allá, qué serie de revelaciones inesperadas y de imprevistas sorpresas! –Todas las fuerzas centrífugas del mundo están concentrándose en ti! –No es tu Wall Street, donde se rematan las entrañas del mundo; ni tus universidades para fabricar multimillonarios; ni tus arsenales donde se desnaturalizan las alas redentoras, construyendo esa aberración que se llama los aeroplanos-bombardas; no, no son esos lugares, sino otros, muy distintos, los que te están transformando en la metrópoli del mundo, los que identificarán tus rascacielos con las torres de Nínive, alzándose hasta el corazón de los astros; con las góticas catedrales flameando aun más arriba y convertirán tus subways en hipogeos misteriosos, en subterráneos para la formidable iniciación, en catacumbas donde las flores de amor del jardín de Cristo, florecerán en inefable y maravillosa primavera! [El Universal, 24 de febrero de 1924].En esta misma crónica, uno de los textos inaugurales sobre sus convicciones espiritualistas, Tablada habla de las teorías del Dr. Bucke, expuestas en su libro La conciencia cósmica, presenta al Instituto Gurdjieff, menciona el tema de la "cuarta dimensión" y anuncia que tratará, en futuras crónicas, del nuevo apóstol que ha podido organizar todo el pensamiento moderno. Tablada se refiere a P. D. Ouspensky, filósofo y científico ruso, autor del Tertium organum, obra que el poeta consideró como una nueva biblia. De esta manera, el circuito se completa: tiene un apóstol, una biblia, una revolución espiritual y un sitio para iniciados –el Instituto Gurdjieff– que, dentro del símil, juega el papel de catacumbas.
Siguiendo a Ouspensky –quien daba un lugar prometeico al artista en la vía hacia la nueva era, la nueva raza, la nueva humanidad– Tablada construyó una seudoteoría del arte que quedó plasmada, en forma práctica, en su obra Historia del arte en México. En ella, aparecen juicios de valor acerca del arte azteca que están vinculados a sus posturas teosóficas en torno a los rituales de sacrificio. Sobre el tema de la teosofía y el arte, véase las notas a las imágenes Iconografía de José Juan Tablada y Máscara prehispánica.
RMS