escenas de la clásica y aristocrática
novela: Guenshi Monogatari. Con Keisai, Hiroshigué colaboró
en las siguientes obras:
Kisokaido. Serie de estampas
que representan sesenta y nueve estaciones de la gran ruta interior.
Keisai Ukiyú guafú.
Tres volúmenes en 8º, de croquis y apuntes heterogéneos
en el estilo de la monumental Mangua56 de
Hokusai, de los cuales el último tomo es totalmente obra del pincel
de Hiroshigué.
Tales colaboraciones, que
no son frecuentes entre artistas japoneses, manifiestan la bondadosa cordialidad
con que Hiroshigué trató a artistas que siendo prestigiados
como Kunisada y Kiosai, no eran, sin embargo, pares suyos sino petits
maîtres junto a su prócer maestría.
Un sentimiento de gratitud
por esa exaltación de que fue objeto, movió sin duda a Kunisada
cuando el año de 1858, el de la muerte del maestro, dibujó
la estampa que cita O'Brien Sexton,57
titulada: Retrato de Hiroshigué—In memoriam; homenaje también
insólito entre artistas japoneses, cuyo retrato recela pudorosa
modestia, absolutamente ignorante y desdeñosa de las gloriolas del
reclamo grato a Barnum—D'Annunzio a la salsa Maggi y al numen de Rostand.
Hiroshigué, a su vez,
rinde un cumplido acatamiento al culminante genio de su época, al
excepcional maestro Hokusai cuando en el prólogo de su