HIROSHIGUÉ 
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tea... A un lado y otro, separadas y distantes, cintilaban las dos estrellas que se aman, Tanabata y Kingiú...
    Y ante aquel símbolo sideral sintió mejor Tokubei, sobre la tierra, la dicha de haber arribado, por fin, a las playas de oro de su ensueño!
 
 
 
 
 



 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
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