Seshiú nació
en la aldehuela de Aka-bana, provincia de Bishiu el año 1423. En
el templo Sokokuyi de Kyoto, el bonzo Kotoku le dio las primeras lecciones
de pintura. A los 42 años, emprendió un viaje a China, pero
los maestros del continente tan en boga en el Japón, no le inspiraron,
a pesar de la autoridad y el renombre de que gozaban, sino mediocre admiración.
Tras de cinco años de ausencia, volvió a su patria, declarando
que los artistas de la dinastía Ming nada le habían enseñado
y que sus verdaderos maestros habían sido los bosques y las montañas,
los ríos y los torrentes.
Esto, no obstante, sus obras,
aunque personales, recuerdan las de los pintores chinos y la naturaleza
y aun la arquitectura del Imperio del Centro.9
De vuelta en su país
Seshiú se radicó en la provincia de Suwo, al pie de la montaña
Tenkua, donde hizo construir una casa que llamó Un-koku-an,
o sea "Ermita de la cañada nivosa", nombre adoptado luego por su
escuela. Longevo y glorioso murió Seshiú el año de
1506.
Después del ermitaño
de Un-koku-an, el paisaje japonés tiene otro extraordinario
representante en Buntcho Tani, que vivió de 1764 a 1842, fue alumno
del paisajista Guentai, de Kato Bunrei, de Kitayama Kanguen; que además
estudió, como era de rigor, a los maestros chinos y mereció
ser designado como pintor de la casa shiogunal de los regen-