HIROSHIGUÉ
6

   En un medio tal, el incipiente naturismo del Yamato-yé, sospechoso de vulgaridad, no podía ser próspero. Declinó, pues, precipitado a su ocaso por la escuela continental de las dinastías Sung y Yuan, fuerte, vigoroso e impregnado de una nobleza clásica que debía conquistar el espíritu predispuesto de aquellos cortesanos exquisitos.
    Esa escuela Sung Yuan o de influencias chinas que sucedió a la de Yamato, se subdividió en seis grupos o talleres representados principalmente por Kao, Minco, Shosetsu, Noami, Soga, Seshiu, Hasegava y los Kano.
    Todos ellos proscribieron de sus obras, obedientes al canon chino, las iluminaciones y policromías del Yamato yé, practicando el estilo Sumi-yé4,  de puro blanco y negro, en ocasiones asociado a coloraciones neutras, tonos rojizos, verdosos y toda la gama de los grises, y a un dibujo de trazos sintéticos y vigorosos. El ideal de esos artistas era: "representar escenas u objetos expresando sus esenciales caracteres con el menor número posible de pinceladas".5
    El esoterismo del arte japonés no era ajeno a esas prácticas: "Una simple pincelada, aunque convencional y sin sentido en sí misma, tendrá una fuerza mágica si se emplea en el sitio adecuado y en sus propias relaciones".6
    Aserción semejante a la de Hokusai en el prólogo de las Cien vistas del Fuzi-yama:
    ... a los ochenta años penetraré el misterio  
 
 
 
 

4. De sumi; tinta de China y , pintura.
5. Sei-ichi-taki. Op. cit.
6. Ibid.

 
Portada de Hiroshigué  
Atrás Índice de los capítulos Adelante