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FICHA CATALOGRÁFICA
133. Colección de 23 fotografías de exvotos.
[Las fotografías presentan la siguiente numeración equívoca: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 19, 21, 22, 23, 24. Se encuentran en un sobre manila con las siguientes leyendas ms. en lápiz y lápiz de color: "Retablos. (25 fotos). 23. 2 Nacozari. 1 Serpiente. Enfermedades. Accidentes. Crimen", y en etiqueta mec.: "José Juan Tablada. [Ilegible] 21 Ursula Place. Forest Hill. New York. U. S. A." Sello postal arrancado. Para facilitar el comentario de estas imágenes en la nota abajo, se les ha agregado en esta página la numeración consecutiva del catálogo.]
NOTA
José Juan Tablada, al igual que Diego Rivera y Rufino Tamayo, tuvo gran afición tanto por el arte prehispánico como por el arte popular mexicano. Prueba de ello es esta colección de 23 fotografías de retablos. Tablada sostenía que el pueblo mexicano era un artista nato, sólo que el maestro, el guía espiritual –de preferencia un poeta– debería guiarlo por los caminos del arte, que a su vez eran los caminos de la sabiduría. En la novela inédita La resurrección de los ídolos, encontramos esta disquisición sobre el arte popular:
[Por intuiciones, el pueblo mexicano] ha llegado a lo que Renoir, Cézanne y Picasso encontraron a fuerza de análisis... Yo he visto hace muchos años las pinturas del aduanero Rousseau en las pulquerías de mi tierra [...] ¿Conocen ustedes "El Gran Machetazo" de Cholula? [...] Las decoraciones de la Goncharova son idénticas a las cajas de dulces de camote de la Puebla de los Ángeles y en las viñetas del Jar Ptitza la revista rusa Pájaro de Fuego, encontraréis los motivos ornamentales de los viejos botellones de Guadalajara y de los baúles de Olinalá de hace un siglo. Leed el artículo del pintor Diego Rivera, sobre los "exvotos" pictóricos, los "retablos" que el pueblo cuelga en los muros de las iglesias [...] Intuición, intuición pura [p. 234].Asimismo, en las crónicas, Tablada asienta que en el alma del mexicano se entabla una lucha entre Quetzalcóatl y Huitzilopochtli, es decir, entre la civilización y la barbarie, la cultura y la violencia. Tablada se autopostula como paladín del arte mexicano, tanto en el prólogo al libro de Best Maugard –su "Teoría social del arte mexicano"– como en sus crónicas y en sus actividades de promotor de la plástica mexicana en Nueva York.
Para Tablada, los retablos mexicanos tienen una calidad artística que está a la altura de las pinturas javanesas y son igualmente dignos de exhibirse en cualquier museo norteamericano o europeo. Una de las fuentes documentales de Tablada, en lo que se refiere a los retablos, es el volumen de Roberto Montenegro, Pintura Mexicana (1800-1860), de 1934, que comenta en una crónica publicada el 4 de marzo de 1934, en El Universal. En ella compara la pintura de los exvotos con la estética naïf del aduanero Rousseau. En otra crónica ve que la tradición plástica mexicana parte del arte prehispánico, continúa con los autores de retablos y culmina con Diego Rivera:[cómo olvidar a] los paisajistas y los escultores y los "artesanos" si es que se puede seguir llamando así, a los heroicos y anónimos genios que en el arte indígena, desde los tlacuilos de los códices y escultores indios hasta los lacadores de bateas y artífices de retablos han inspirado y regenerado el arte nuestro al punto que sin ellos ni Diego Rivera ni Covarrubias ni otras personalidades máximas de nuestra presente plástica podrían siquiera existir [El Universal, 3 de enero de 1932].Los retablos son para Tablada la expresión intuitiva del espíritu teosófico que se manifiesta en toda expresión artística.
JESC
En una carta del 1º de mayo de 1923, Tablada le comenta a Genaro Estrada algunos artículos que ha escrito sobre temas mexicanos y le hace una petición:
Entregué a International Studio un artículo sobre "Modern Mexican Ceramics". Hablando de la obra de Atl, aludí al Sr. de la Huerta y a Vasconcelos... Ahora falta que el editor deje pasar mis efusiones mexicanistas; pero yo las defenderé. Por fortuna les he caído bien a estas gentes y cada vez los voy trasteando mejor. Estoy terminando otro artículo para el mismo periódico sobre "hierro forjado" mexicano que entregaré la próxima semana y en seguida emprenderé otro sobre pintura popular moderna, pero estoy muy escaso de fotografías de "exvotos" o retablos. Ud., querido Gordo, no podría sacarle a Atl las que usó en su libro? Pero con diplomacia, pues si huele que son para mí, no las suelta. Es discolillo, porque quisiera hacer todo él mismo.Sin embargo, confrontando el libro Las artes populares en México (1922), de Gerardo Murillo –el Dr. Atl–, se puede constatar que sólo uno de los exvotos, el número 7, coincide con los de esta colección de fotografías. No hay otra información que permita inferir con seguridad quién le proporcionó a Tablada estas fotografías.
En la época, el interés por este tipo de manifestación artística popular fue grande y dio motivo para que se formaran varias colecciones. El libro Retablos de México (1950), de Roberto Montenegro (edición bilingüe, traducción al inglés de Irene Nicholson), contiene láminas –la mayoría en blanco y negro y sólo algunas a color– que integran una buena muestra de este tipo de arte popular, ordenadas en capítulos correspondientes a los siglos XVIII, XIX y XX. El material reunido proviene de las colecciones personales de Manuel Álvarez Bravo, Miguel Covarrubias, Roberto Montenegro, Elías Nandino, Xavier Villaurrutia, Nelson A. Rockefeller; de las siguientes instituciones en el Distrito Federal: Museo de Churubusco, Museo Nacional de Historia, Sala de Artes Populares del Museo Nacional de Artes Plásticas; y de las iglesias Parroquial de Guanajuato; de Pátzcuaro, Michoacán; de la Encarnación, San Luis Potosí; de San Juan de los Lagos, Jalisco, y de la Soledad, Oaxaca. Varias de las fotos de este Archivo coinciden exactamente con las que incluye Montenegro en su libro, aunque algunas de ellas muestran solamente un fragmento de la imagen: 1 (siglo XIX, Col. Museo de Churubusco), 3 (siglo XIX, Col. Museo de Churubusco), 5 (siglo XIX, Col. Museo de Churubusco), 9 (siglo XX, Col. Museo de Churubusco), 11 (siglo XX, fragmento, Iglesia de la Soledad, Oax.), 14 (siglo XIX, Col. Museo de Churubusco), 17 (siglo XIX, fragmento, Col. Museo de Churubusco), 18 (siglo XIX, Col. Dr. Elías Nandino), 19, (siglo XIX, Col. Museo de Churubusco) y 23 (siglo XX, Col. Miguel Covarrubias). Tablada fue amigo de Roberto Montenegro, por lo que también es probable que el pintor le haya proporcionado estas fotos.
En Historia del arte en México (1927), después de referirse a los diferentes estilos arquitectónicos de la arquitectura colonial, Tablada habla de una "manera popular mexicana" que no se atreve a llamar "estilo" pero que fluctúa entre todos ellos: "Tiene una ingenuidad toda suya: mortecino esplendor oriental, la misma lógica rigurosa de la casa de adobe; es como la floración espontánea y silvestre de la espiritualidad indígena, el misticismo, que en muchas comunidades de indios que no tuvieron ni industrias ni escuelas, es la única espiritualidad" (p. 163). El poeta sigue una elucubración de este "sentimiento mexicano", ligado al morisco e identificado con él por tratarse de "pueblos reprimidos". Hace un recorrido por los detalles de varios templos (San Hipólito, la Iglesia de la Encarnación, de Balvanera, la capilla franciscana de San Antonio y la del Rosario de Xochimilco) para afirmar que sus rasgos más insistentes son la "ingenuidad y la pobreza" y concluye: "Dentro de estos rústicos santuarios hállanse como accesorios del culto, extrañas imágenes de intensa y bárbara expresión; los retablos sorprendentes que el pintor Diego Rivera reputa como las más puras y legítimas obras de la pintura intrínsecamente mexicana, y flores artificiales y manteles de papel picado que suelen ser joyas de nuestro arte popular" (p. 163). En el capítulo dedicado a la pintura contemporánea, el poeta describe así el trabajo de Manuel Rodríguez Lozano: "actualmente ha tomado el lugar de Best Maugard en la enseñanza del dibujo, y aunque siguiendo el método de este autor, ha conseguido sacarlo de su etapa decorativa dándole caracteres más humanos, ayudándose para ello del estudio de los retablos o exvotos eclesiásticos, donde las clases populares han revelado su hondo sentimiento" (p. 252). De hecho, como apunta Eduardo Serrato en la nota anterior, Tablada señalaba que existía una semejanza notable entre los exvotos y la pintura moderna: al reverso de las fotografías 15, 16 y 22, el poeta anotó, respectivamente, los nombres de Cézanne, Rousseau y Chagall.
Por último, cabe mencionar que en la revista Mexican Art & Life (abril de 1939), Tablada publicó el artículo "The Meaning of Popular Retablos", de Gabriel Fernández Ledesma, en el que el exvoto de las fotografías 6 y 7, propiedad del autor, apareció a colores.
RMS