![]() |
FICHA CATALOGRÁFICA
134. Álbum de fotografías. Sin pasta. 18 folios de cartoncillo negro engrapados.
7 x 4 3/4" con fotografías sepia adheridas.
Descripción por folio.11v) Foto 1. Fachada del Templo del Carmen, San Luis Potosí.
2 1/4 x 2 7/8"Foto 2. Fachada del Sagrario Metropolitano.
1 7/8 x 2 3/4"
NOTA
Seguramente Tablada conservó esta fotografía porque, tanto la portada principal del Templo del Carmen, en San Luis Potosí, como la del Sagrario Metropolitano son excelentes ejemplos de su definición del estilo churrigueresco. En el capítulo de Historia del arte en México dedicado a la época colonial, al referirse a la arquitectura de ese periodo, Tablada afirma que fue predominantemente eclesiástica. Clasifica sus manifestaciones de una manera evolutiva que va de la ermita a la capilla primitiva, al templo, hasta culminar en la catedral. Considera también los edificios monásticos, los hospicios y los hospitales. En todos ellos se manifiestan total o parcialmente cuatro estilos: franciscano o primitivo, barroco-hispánico o barroco-mexicano, churrigueresco mexicano y Renacimiento puro. El poeta introduce el estilo churrigueresco explicando que es más vehemente que el anterior –el barroco-hispánico o barroco-mexicano–, y por lo tanto muy expresivo. Después intenta resumir sus características:
El exterior y el interior de las iglesias de este estilo, usa todas las formas y los más variados materiales para expresar una opulenta magnificencia. La construcción a la intemperie de lienzos de tezontle o chapeados de ladrillo, piedra labrada, alicatados de azulejo o tracerías de mezcla, sólo tiene por rival la riqueza interior de la madera tallada y dorada, en altares y retablos que son como reflejos de flores, frutas y frondas en una milagrosa selva tropical. Las columnas se recargan intensificando la exuberancia corintia y el dinámico capricho salomónico y todo este estilo es riqueza pródiga en formas y colores. El siglo XVIII vio desarrollarse los plásticos prodigios de este estilo, cuyos ejemplos más fascinadores son, entre otros muchos, la iglesia de la Santísima, las fachadas del Sagrario Metropolitano, y la capilla de Balvanera; del antiguo templo de San Francisco, en la capital de la República y el famoso templo y convento de San Martín Tepotzotlán, no lejos de ella, en Guadalajara el templo de Santa Mónica y en Puebla varias iglesias [pp. 160-162].El libro contiene ilustraciones del Sagrario Metropolitano, de la portada de la Capilla de Balvanera y del templo de Tepotzotlán.
Más adelante, al referirse específicamente a la Catedral Metropolitana –"el templo más grandioso y más significativo del Continente [donde] están compendiadas todas nuestras producciones plásticas"–, explica que los artífices, pareciendo entender que construían para la eternidad, se decidieron por la austeridad y "moderaron las vehemencias a veces febriles de los estilos nacionales". Sin embargo, no atreviéndose a proscribirlos, los colocaron en el Sagrario Metropolitano, "interiormente vinculado con el templo enorme, en medio de cuyo recogimiento, ensimismado en pensamientos ultraterrestres y divinos, parece alhaja churrigueresca, por su florido dinamismo y sus plásticos embelesos, algo así como la sonrisa complaciente de la austera catedral hacia la tierra de donde se desprende..." (pp. 164-165).
En Historia del arte en México, Tablada no menciona específicamente la portada principal del Templo del Carmen, en San Luis Potosí. Sin embargo, en una crónica dedicada a elogiar a Francisco Eduardo Tresguerras y a atacar a Joel R. Poinsett, por la negligencia de éste al no haber aprovechado su encuentro con el ilustre arquitecto, durante su visita al país en 1822, comenta: "acaso Poinsett no tuvo ante los ojos legañosos, entre otras obras magistrales, ese encantador templo del Carmen cuya aérea torre, cuya armoniosa cúpula encumbran y exaltan la admiración de quien las contempla, por el gentil artista que las arrancó de la tierra y les dio por fondo el azul cielo del Bajío?..." (El Universal, 25 de octubre de 1928).
RMS