Fotografía de pintura y El Lobo

 

FICHA CATALOGRÁFICA
 

134. Álbum de fotografías. Sin pasta. 18 folios de cartoncillo negro engrapados.
7 x 4 3/4" con fotografías sepia adheridas.
Descripción por folio.

14v) Foto 1. Fotografía de pintura.
2 x 2 5/8"
[Al ext. inf. izq.: "133"]

Foto 2. El lobo.
2 1/4 x 3 1/8"
[Pie de foto: "'El lobo'. Otro dibujo de Roberto Montenegro. / Todos estos dibujos del artista jalisciense, que son de lo primero que hizo en Europa, están editados en precioso / Álbum por la 'Société Générale d’Impression', de París".]
 
 

NOTA
 

José Juan Tablada fue admirador y profundo conocedor de la obra de Roberto Montenegro. En su libro Historia del arte en México (1927), el poeta escribió que Montenegro:

es de todos los artistas quien mejor ha sentido y expresado las elegancias femeninas. Con esa cualidad, fantasía poética, y sentimiento decorativo de riqueza a veces exuberante, publicó en París un álbum de dibujos a pluma, que mereció ser prologado elogiosamente por el poeta Henri de Regnier.
    Rubén Darío declaró a Montenegro el mejor ilustrador de sus poemas. Después de una larga estancia en Europa, donde ejecutó varios retratos y cuadros que fueron exhibidos y elogiados, Montenegro regresó a México, donde actualmente ejecuta grandes obras de decoración mural, entre las cuales, la de la escalera de San Pedro y San Pablo, que tiene por asunto "La Fiesta de la Santa Cruz", marca una nueva etapa de adelanto y renovación en la carrera del artista [pp. 245-246].
En diversas crónicas, Tablada alaba no sólo la calidad plástica del pintor, sino su obra documental contenida en los libros Máscaras mexicanas (1926), en el que participaron también Villaurrutia y Mena, y Álbum de litografías de Taxco (1930), con prólogo de Genaro Estrada. Tablada dio muestras de su gusto por el arte popular mexicano al comentar estos libros de Montenegro. En una crónica de 1930, el poeta escribió:
La aventura de Roberto Montenegro es fascinante y especiosa... Navegaba en un yate empavesado como galera de Watteau y fue en góndola al gran canal romántico, a los "casinos" de espejos de Beardsley –Casanova, claros de luna, carnavales... Y de pronto, Thais– Hernán Cortés quemó naves y atavíos y saltó, grumete desnudo, al buque ballenero de la Aventura Modernista. La musa de los lunares postizos, sangra hoy al tatuarse, mas el cambio no es superficial y por primera vez el injerto de glándulas brota flores de verosímil juventud... Y comparto su fetichismo por los juguetes de Erongarícuaro, la teoría de mujeres que ponen el alma cretense o etrusca, lacada por la vieja China en pleno paraíso tarasco... Prodigio [El Universal, 23 de noviembre de 1930].
Tablada promovió y comentó las exposiciones que el pintor montó en Estados Unidos. Ejemplo de esto es el siguiente fragmento de una crónica publicada en 1932:
 Roberto Montenegro, que languidecía en París (después de publicar el álbum prologado por el poeta y académico Henri de Regnier), pudo volver a México a incorporarse directamente al Renacimiento pictórico... Y dicho sea de paso, Montenegro, dentro de nuestro territorio artístico, tiene un principado muy suyo, donde viven gracia, elegancia de buena ley, culta elación, todo animado por soplo lírico rítmico y fragante. Pésele a quien lo niegue... Todo lo cual y más aún, afirmé públicamente hace noches en el noble Museo Roerich, frente a las bellas litografías de Taxco, allí expuestas, obra de Montenegro [El Universal, 6 de marzo de 1932].
En este Archivo se encuentran dos imágenes más de Montenegro: Guillermo Jiménez visto por el pintor Roberto Montenegro y Mujer.
 
 

JESC