Yokohama

 

FICHA CATALOGRÁFICA
 

2. Yokohama.
José Juan Tablada.
26 de agosto de 1900.
Acuarela sobre papel bond grueso.
9 1/4 x 6 1/2"
[Ext. inf. der. ms. tinta: "Yokohama. Agosto 26-900 (Entre Mokomachi y el Gran Canal)". Ext. der. un personaje. Presenta dobleces y mutilaciones.]
 
 

NOTA
 

En la crónica "Sitios. Episodios. Impresiones", segunda de la serie "En el país del sol", Tablada da cuenta de su arribo a la ciudad de Yokohama, Japón. Después de que su criado chino a bordo del Empress of Japan le anuncia que han llegado, el poeta describe el lugar en que se ubica su casa:

Estoy ya instalado. Mi casa está en una callejuela inaccesible para las bicicletas, donde no hay letreros en inglés, ni cantinas americanas, y donde puedo, durante los largos días lluviosos de la estación, tener siempre ante los ojos un panorama encantador y esencialmente japonés: un paisaje de Hiroshigué, en fin! Pero aquí no hay que buscar al Arte ni a la Belleza, porque lo bello, lo artístico tienen el don de la omnipresencia y forman atmósfera estando en todas partes! Para el observador, en esta naturaleza prodigiosa, en estas barriadas donde la vida humana palpita llena de deslumbrantes episodios, no hay más que un obstáculo que toma proporciones de tormento, y ése es: l'embarras du choix... ¿En qué fijarse cuando todo, líneas, colores, sonidos, perfumes, hiere los sentidos y arrebata la atención? Por dónde comenzar cuando todo es digno de ocupar el primer término? Estoy perplejo, confundido, anonadado... En veinte horas de vida japonesa he almacenado sensaciones de arte que para ser aquilatadas y depuradas necesitaré otros tantos meses de labor benedictina. Pero esa tarea regular y metódica es imposible para quien, como yo, tiene au jour le jour que anotar sus sensaciones. Lo acertado sería tomar todo como venga, sin buscar una harmonía imposible, y así el método resultaría agraviado, pero lo pintoresco ganaría!
    A este propósito recuerdo una anécdota: Cuando Hokusai, el gran pintor de la vida japonesa, llevó a su editor las 300 composiciones de la más trascendente de sus obras, éste le preguntó con qué nombre las publicaría; el "viejo loco de dibujo" contestó simplemente: "Mangua". Ahora bien, Mangua en su traducción literal significa: el dibujo como viene... Mangua serán, pues, estas crónicas, acuarelas rápidamente lavadas en el álbum de viaje; frágiles aspectos de kaleidoscopio que se fijarán en el paciente mosaico de mañana, en el soñado libro futuro! [Revista Moderna, 1ª quincena de septiembre de 1900].
Una vez descrita tanto su primera impresión real de la ciudad japonesa, como la manera en que hará su crónica, Tablada procede a hacer un paseo en un djinrichi, en el que menciona los jardines del Bluff, donde está fechado el poema "Musa Japónica". Más adelante hace una observación acerca de lo propicia que es una calle japonesa para un acuarelista.
 
 

RMS