HIROSHIGUÉ 
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   Una serie completa de peces en 20 hojas; una estampa, gran formato apainelado, tortugas nadando en profundidades acuáticas; pez en un rápido fluvial; seis hojas de peces y crustáceos; pescados y concha de avaví (grande especie de ostra).
    En la colección Ch. Gillot, en la de Chiossone y en otras, figuran varias estampas de las ya mencionadas.
     Hayashi menciona también otras estampas de quelonios marinos y fluviales, y el que figura en el grabado del Ex Libris de esta obra, es también un dibujo del maestro.

    Los estudios de aves de Hiroshigué me cautivan menos que los ictiográficos, quizá porque antes y después de él, en ese ramo, existen especialistas formidables.
    Así, para las aves de presa, el inimitable Chokuan, artista del siglo XVI; para los cuervos, Buntcho, que por pintarlos, llegó a estilizar parte del ideograma de su firma con la figura esquemática del ave y mereció el nombre de Buntcho-Karatzu, es decir, Buntcho-Cuervo.
    Y así, para las aves de toda especie, el gran Hokusai (en qué región del arte nipón no se proyectará su enorme sombra?) que las pintó con fuerza magistral de alardes técnicos; con ese genial poder deformador que lo asemeja a Miguel Ángel...
    Así, por fin, Maruyama Okio y otros artistas de su brillante pléyade, como Tesan, pintor de pavos reales, y Rosetsu, de aves de corral.
   Entre los pintores especialistas de aves, no deben desdeñarse los relativamente modernos, ambos
 
 
 
 
 


 
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