Cabeza y palma de mono

 

FICHA CATALOGRÁFICA
 

51. Cabeza y palma de mono.
Lápiz sobre papel bond.
6 3/4 x 4 7/8"
 
 

NOTA
 

El mono forma parte del bestiario poético de Tablada. En su libro El jarro de flores (1922) le dedica un haikú que sintetiza en parte su idea de este animal respecto al hombre:
 

     Un mono

El pequeño mono me mira... 
¡Quisiera decirme 
algo que se le olvida!

El mono también es una figura recurrente en las crónicas de Tablada. Llama la atención la variedad de ideas con que el ensayista se refiere al simio, sobre todo para señalar sus cualidades de viveza, mayor según él que la de los humanos. El autor también hace referencia al mono cuando quiere menospreciar la inteligencia del individuo, cuya respuesta puede llegar a ser más agresiva que la del animal. Tablada continuamente hace este tipo de comparaciones de manera humorística y hasta satírica.
    En la crónica neoyorquina "De pugilista a párroco.- El enemigo malo, un Miura.- Un mono en la cátedra.- En defensa de los monos", el poeta narra con humor las historias de un boxeador negro, Jack Johnson, a punto de convertirse en pastor protestante, de un aviador-párroco cuyos sermones sí vienen desde el cielo y de un ex beisbolista que sigue aplicando el vocabulario de su antigua profesión en los sermones que ahora pronuncia desde el púlpito. El apartado "Un mono en la cátedra" expone irónicamente la idea de la indefensión del animal frente a otro párroco:

 Por su parte, el reverendo Colin O'Farrell, ha querido también tener su acto de vaudeville en la iglesia de que es párroco, y para refutar la teoría biológica, denigrante, a su juicio, de que el hombre desciende del mono, escogió y puso en práctica el peregrino expediente de llevar al púlpito a un verdadero mono, "vivito y coleando"...
    Naturalmente, el párroco no llevó consigo a ninguno de los grandes monos, primates o antropomorfos, orangután o gorila, que hubieran sido más propios para el caso, sino a un mico cualquiera de los que, perfectamente ajenos a las teorías biológicas, bailan sobre los organillos callejeros. El simio se portó durante el acto con más lógica que el reverendo... Como si se diera cuenta de que se usaba de él para fines denigrantes a su individuo y a su especie, interrupió los más doctorales argumentos del orador con aúllos intempestivos y cabriolas irreverentes. Cuando el grave magister lanzaba su argumento toral, el mico se le subió a la cabeza, se le abrazó del cráneo y así, moviendo la cola a un lado y otro, hacía un gesto que podía interpretarse como una negativa frenética...
    Lo curioso del caso es que cuantos aquí refutan la teoría que hace al hombre descender del mono, Mr. Jennings Bryan inclusive, invectivan a Darwin y lo colman de indignados apóstrofes... Hace mucho tiempo que leí El origen de las especies, pero creo, hasta estar casi seguro, que el naturalista inglés jamás afirmó lo que tan a menudo le achacan y sólo dijo que el hombre y ciertas especies de simios, los antropomorfos del antiguo continente, tenían un ancestro común... [El Universal, 5 de octubre de 1924, en el CD-ROM La Babilonia de Hierro].
Tablada ridiculiza las interpretaciones simplistas de la teoría darwiniana. Sin embargo, su énfasis no se encuentra en la verdad o falsedad de dicha teoría. Juega con la idea de que el hombre desciende del mono y la aprovecha para contrastar el comportamiento del hombre con el del simio desde el punto de vista moral. Tablada continúa y finaliza su crónica con el apartado "En defensa de los monos", apropiada para comentar la imagen Tres rostros (mono y dos hombres con sombrero).
    Además de la anterior, en este Archivo existen otros dibujos que tienen por tema los monos: Un mono, Dos monos y Zoológico del Calvario.
 
 

PMJ