La Femme Assise
 

 
 

    Difícilmente se le puede llamar novela: comienza por las aventuras en Rusia y en París de una "entretenida", Elvira, a la que abandona en seguida para disertar sobre el 1914 de antes de la guerra, las leyendas de las litografías de Gavarni, la fulana sensual y furiosa, los trajes de nuevos colores que el pintor Robert Delaunay iniciaba en la moda masculina; y en seguida divaga sobre la guerra, y sus supersticiones, el Montparnasse de hace diez años -tan parecido en sus grandes líneas al de hoy, heredero de la corona de fantasía que arrebataron a Montmartre los turistas idiotas- y, so pretexto de contar la historia de la abuela de Elvira, intercala, prendida con evidentes alfileres, un centenar de páginas sobre los mormones y sus raras costumbres vistas con vidrio de aumento, -reliquia de una novela que no escribió jamás-; después vienen los recuerdos personales sobre la guerra, historias de "embusqués", anécdotas, historietas viejas como la del cochero que esperó a su cliente tres años a la entrada de la estación y profecías populares sobre la guerra y la postguerra- que él no debía conocer. Esa es la novela. ¿Por qué, La Femme Assise? Así se llamaba una moneda suiza que era preciso cuidar, no recibir en el cambio: Elvira, como esa moneda, es falsa y no pasa. He ahí todo.

    Escrita en un estilo alerta y picaresco, con páginas de esa genial bufonería enorme que emparentaban a Apollinaire con Rabelais -tal aquella en que un general austriaco, para dar un concierto a su querida, ordena el bombardeo según la nota que dá cada cañón, como con los de un órgano y, artista, hace llenar de perfumes las granadas de gases asfixiantes, para que los enemigos mueran bellamente-. De cuando en cuando, entre esas divagaciones, dos líneas demuestran que Elvira es la heroína; a decir verdad es sólo un nombre, como los demás personajes del libro, Nicolás Varinoff, Georges el médico, etc. El único dibujado con verdad, es Pablo Canouris, el pintor de las manos azul celeste, malagueño injerto de albanés, en el cual es fácil identificar al gran Picasso. Que Elvira oculte el nombre de alguna mujer conocida en el barrio por su ansia tribádica, es posible; aún más, es probable; los personajes deben, sin duda, ser también seres reales; Apollinaire gustaba de calcar sus tipos de entre sus conocidos, picarlos con alfileres en las páginas de una novela y reír, reír homéricamente de sus alusiones, indescifrables para otros que él y el reducido grupo de sus muy íntimos amigos. Será trabajo para los eruditos ociosos del futuro, identificar unos y otros; esperemos que lo hagan mal y que la sombra de Apollinaire haga retumbar los Elíseos prados con una sombra de risa inmensa, advirtiendo el éxito de su humorada.

    "Douce poésie" ¡Le plus beau des arts! Toi qui, suscitant en nous le pouvoir créateur, nous met tout proche de la divinité, les déceptions n'ont pas abattu l'amour que je te portais des ma tendre enfance! La guerre même a augmenté le pouvoir que la poésie exerce sur moi et c'est grace à l'une et à l'autre que le ciel désormais se confond avec ma tête étoilée".

    Pal Husson. Colaboró G. A. K. En "Montparnasse" en 1914. "Buscas continuas hacia lo nuevo y lo inexpresado, pero, como base, la sólida tradición".

    "...sus versos de resonancias extrañas, nostálgicas y dolorosas, hacen soñar en un Heine más "poignant" y más moderno."

    Geo Charles. "Pertenece a ese grupo de poetas de los cuales dos o tres nombres durarán, como guión entre el antiguo y el Nuevo Mundo. (Poeta istmo, diré yo)".

    En su artículo sobre el Espíritu Nuevo -una fecha, como la batalla de Hernani- anuncia la Poesía moderna que, en fin, toma conciencia de ella misma. El espíritu clásico, el buen sentido, el amor al orden, heredados de los clásicos, toman una significación nueva. La curiosidad romántica se transforma felizmente. El espíritu nuevo da a esas sólidas bases su interpretación original: Busca de formas, incorporación del dominio científico y mecánico.

    "Poesía y creación -dice Ap.- no son sino una misma cosa y no se debe llamar poeta sino al que inventa, al que crea en la medida en que el hombre puede crear. El poeta es el que descubre alegrías nuevas, aunque sean penosas de soportar".

    El doble carácter de la poesía apolinariana: 1) una canción de parisiense que repite, con su voz pícara, las viejas canciones de sus padres vendidos Dios sabe de dónde. Tono menor, pero de poeta auténtico. 2) Los relámpagos de una suerte de genio en donde algo de líricamente nuevo se enciende, se apaga, se enciende como una señal luminosa.

    Blas Cendrars le dedicó uno de sus poemas elásticos: Apollinaire, 1900-1911. "Durante 12 años, sólo poeta de Francia".

    Marcel Hiver. "Lo destruyó la guerra. El período intelectual en que se desarrolló Apollinaire, ya está acabado; (digo yo) de él, otro, el actual, nace. Tenía el gusto y el don de la amistad."

    André Salmón y Max Jacob son de su período intelectual.

    André Billy. "El escritor a quien las modas actuales deben más. Su influencia fue esencialmente de transición, porque su temperamento tenía dos vertientes: la una le llevaba a los refinamientos de la cultura, la otra a los juegos de un primitivismo bárbaro, lo cual se explica por su abolengo muy mezclado".

    "Cuentista deliciosamente fluido y ondulante; no se ha realizado en este renglón tan completamente como en poesía, pero todo permite creer que si hubiera que si hubiera tenido tiempo y hubiera aceptado plegarse a un largo y laborioso acabamiento, hubiera vivificado la novela como lo hizo con la poesía. Es fácil darse cuenta leyendo sus Mormones".

    Fernand Divoire. "Como veinte años de poesía han salido de Baudelaire, diez años de poesía han salido ya de Apollinaire. Roch Grey ha escrito: Alcools es el libro de versos más importante después del de Rimbaud. Después de los simbolistas, A., el primero, ha considerado el mundo desde un punto de vista nuevo, con el amor de la realidad, con un modo atrevido de elegir la realidad, con buen humor ante la realidad".

    Philippe Soupault. "Era solamente inspirado y a menudo se asombraba del canto que se elevaba naturalmente de sus labios. Una tarde, en tres horas, escribió Ombre (publicado en Calligrammes); el poema leído en el matrimonio de Andrés Salmón, lo escribió en el imperial del ómnibus que le llevaba a la Alcaldía".

    Henri Hertz. "Hojeaba los libros viejos como quien busca en una petaca o baúl".

    Louis-de-Gonzague Frick. "Descendió de Aldebarán para dar a la poesía la figura del múltiple esplendor, a los 13 años hacía poemas. Era un gran viajero europeo que se complacía en las viñas de la truculencia, los meandros de la alquimia, las sinuosidades de la semántica (Estudio de los elementos del lenguaje considerados en su significación).
 

 


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