Mariana Acuņa de Tablada, madre del poeta

 

FICHA HEMEROGRÁFICA
 

Mariana Acuña de Tablada, madre del poeta.
Revista de Revistas, Año XXVI, num. 1390, 1o. de enero de 1937.
[Pie de foto: "La señora Mariana Acuña de Tablada, madre del poeta a quien consagra Revista de Revistas, esta edición, en homenaje a su obra ejemplar". Esta fotografía no forma parte del Archivo Gráfico José Juan Tablada.]
 
 

NOTA
 

Mariana Acuña y Osuna se casó con José de Aguilar Tablada, el 12 de septiembre de 1850, en Mazatlán, Sinaloa. Según consta en el acta de defunción de José de Aguilar Tablada, él era natural de México, avecindado en San Ángel, y su esposa, de Mazatlán. Mariana Acuña tenía 56 años cuando murió su marido, en 1888.
    En el primer volumen de sus memorias, La feria de la vida, José Juan Tablada relata que estaba emparentado con Genaro Estrada por la común descendencia de los Osuna de Sinaloa, avecindados en el pueblo de La Noria, cerca de Mazatlán. El recuerdo con que inicia este volumen es precisamente un viaje que hizo a los tres años con su madre y un tío a visitar a la familia en el puerto. La primera descripción que Tablada hace de su madre es genérica:

Tanto mi madre doña Mariana como mis tías doña Laura y doña Cleofas, fueron bellísimas mujeres, como lo son la mayor parte de las mujeres de la costa del Pacífico, sobre todo las de Sinaloa y Sonora... Al valor y la fuerza de los rancheros de La Noria, correspondía la belleza y bondad de aquellas mujeres que, en el hogar, en la más perfecta abnegación como esposas y como madres, tenían virtudes menos visibles, pero más admirables quizás que las que demostraron sus padres, esposos e hijos en el campo de batalla o en las actividades agrícolas y marítimas [p. 23].
Más adelante da algunos detalles sobre su carácter:
Mi madre era creyente sin ser fanática. Su plegaria era su vida misma, de perfecta abnegación a la familia y bondadosa solicitud hacia quienes conocía. Era señora de clarísima inteligencia y de muy buen consejo, siempre dispuesta a conciliar los ánimos y a disculpar las faltas ajenas [p. 39].
La madre de Tablada está presente en una serie de anécdotas más que contribuyen a la idea proyectada por el poeta de que tuvo una infancia feliz. Entre ellas destacan los recuerdos que relacionan el origen porteño de su familia materna y su posterior interés por las culturas orientales. Véase la nota a la imagen Mazatlán desde el cerro del Faro y el poema "Exégesis".
 
 

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