Venustiano Carranza con Gerzayn Ugarte

 

FICHA CATALOGRÁFICA
 

134. Álbum de fotografías. Sin pasta. 18 folios de cartoncillo negro engrapados.
7 x 4 3/4" con fotografías sepia adheridas.
Descripción por folio.

18) Venustiano Carranza con Gerzayn Ugarte.
3 3/4 x 2 5/8"
[Hoja suelta. Mancha de bolígrafo azul sobre foto.]
 
 

NOTA
 

Esta fotografía apareció publicada en la revista semanal ilustrada Cromos, de Bogotá, acompañada del texto titulado: "El Presidente Carranza y el Ministro de México en Colombia", que transcribimos a continuación:

"Cromos" publica hoy un retrato del ilustre Presidente de Méjico don Venustiano Carranza, tomado en los momentos en que el eminente hombre de Estado dictaba el diario acuerdo a su antiguo Secretario, el señor don Gerzayn Ugarte, hoy Ministro de Méjico en Colombia, y como un valioso comentario a tan interesante documento gráfico, insertamos las siguientes líneas que el poeta don José Juan Tablada, hoy nuestro huésped, ha tenido a bien desglosar, en obsequio de "Cromos", de un libro que publicará en breve.

Físicamente, el Presidente Carranza, por su recia apostura, por su madurez lozana, por la austeridad de sus ademanes y aun por las inflexiones de su voz grave y firme, revela las raras virtudes de su espíritu, y en el cuerpo y en el rostro denota con plástica y sugestiva energía los caracteres esenciales de su alma llena de clarividencia y fortaleza, lanzada hacia el ideal por un impulso incontrastable y que se antoja sereno y rítmico aun en medio de las convulsiones revolucionarias o el obstinado fragor de las batallas. Como su aspecto físico, como el traje que viste, como los fines que persigue, como los medios que pone en acción, Carranza es todo simplicidad y de allí sin duda el que aparezca sereno aun en los momentos más críticos y decisivos... Esa misma simplicidad determina que sus ideales se traduzcan en actos inmediatos y que todas sus concepciones al instante mismo de nacer adquieran energías rigurosamente dinámicas. Porque la admirable fuerza de Carranza, la esencia y el sello de su carácter es la acción.
    De los númenes revolucionarios, Madero con sus caracteres de iluminado, con su espíritu ardiente y sus labios tocados por el fuego de la profecía, fue a manera de un gran relámpago que hizo visibles las tinieblas de la noche social... de esa misma noche que a la postre lo envolvió con sus sombras aciagas... Pero si Madero fue el relámpago precursor de la justiciera  tormenta, Carranza fue el rayo mismo... No hay más que volver el rostro y mirar el camino triunfal recorrido por el jefe de la Revolución y sus poderosas legiones, señalado por los escombros del injusto pasado hecho añicos; bordeado de ruinas de Bastillas, de feudos, de ergástulas; por el colosal derrumbamiento de tres siglos de opresión, cuyas piedras ciclópeas, que antes pesaban sobre la espalda de un pueblo paria, son hoy el pedestal mismo de la Libertad conquistada!
    Algún escritor comparó al jefe de la Revolución, por su aspecto físico, con un antiguo capitán bretón; otro, con un hidalgo de los tiempos idos. A mí me pareció uno de esos generales bóeres que de los patriarcales hogares, marcharon a las trincheras de Lady Smith, improvisándose héroes, y asombraron al mundo con la portentosa epopeya del África Austral. Como ellos, don Venustiano Carranza llegó a la madurez de la edad, pacífico y rodeado de su familia, en medio de la vida campestre que robusteció su cuerpo y serenó su espíritu. Como ellos, tuvo que erguirse entre las crecientes afrentas de la tiranía y dejando el hogar vetusto, acogerse a la frágil tienda de campaña flagelada por el relampaguear de las batallas y, por fin, él, como ellos, reveló inesperadas y seguras aptitudes militares que lo condujeron al triunfo a la cabeza de su pueblo en armas.
     Se dijo que el Presidente Carranza es "el más militar de los civiles y el más civil de los militares", y en esa justa fórmula consiste sin duda la singular idoneidad de su carácter para guiar a un pueblo que buscó, en medio del batallar irresistible, la libérrima constitución social que hoy le asegura paz y bienestar.
    Ese doble carácter tan bien equilibrado en su persona, le ha permitido realizar simultánea y paralelamente su doble misión de paladín y de estadista, llevando el patriótico y fecundo evangelio por él concebido, por el mismo sendero que hallaron las cureñas de los cañones, y consumar en esa arrolladora peregrinación de misionero armado, proezas de resistencia física tales como la de recorrer a caballo más de tres mil kilómetros de valles y montañas, durante setenta días, a través de siete estados de la República.
    Por eso mismo quizás, los fogonazos de los cañones que tronaron a su voz de mando, pulverizando baluartes y abriendo brecha en las montañas, escribían al mismo tiempo con caracteres de fuego, sobre el cielo de una patria y en la conciencia de un pueblo, las cláusulas del evangelio redentor.
    Carranza es tan inflexible en sus determinaciones gubernamentales, como atemperado y magnánimo en sus funciones materiales, y así como no puede señalarse una vacilación en sus actos, no puede reprochársele tampoco un acto de crueldad o un movimiento  vindicativo, ni aun en los tiempos paroxísticos de la Revolución, cuando la tea de Némesis alumbraba los rostros crispados en gestos de Medusa. El jefe de la Revolución salvó personalmente la vida de algunos de sus generales, y llegó hasta hacer uno de esos sacrificios de suprema fortaleza como Scévola o Guzmán el Bueno, cuando prefirió que su propio hermano fuera sacrificado, a que sufrieran los intereses políticos.
    Por eso ante don Venustiano Carranza se experimenta el respeto que su grandeza impone, a la vez que una atractiva simpatía. Quien a él se acerca siente el poderoso influjo de su afable bondad y de la modesta sencillez con que cubre la fortaleza de su carácter aquel prócer aguerrido en las batallas y en las adversidades, y que hacen el efecto de un manto de seda resistiendo la férrea armadura de un guerrero!
    El señor doctor don Gerzayn acaba de formular, al presentar sus credenciales ante el excelentísimo señor Presidente de Colombia, los principios fundamentales de la doctrina internacional del Presidente Carranza. La trascendencia de ella es tan vasta como el continente hispanoamericano; a ella, sin duda, están vinculados el bienestar y el desarrollo armonioso de los pueblos latinos, y su aplicación en el terreno de los hechos requiere una  multiplicidad de cualidades. El mejor elogio que puede hacerse del nuevo ministro de Méjico en Colombia es que el ilustre Presidente de la República mejicana le ha conferido esa misión (Cromos, Bogotá, vol. VII, núm 152, 1° de marzo de 1919, pp. 93-94).

    La misma fotografía fue publicada en El Nuevo Diario de Caracas, año VII, núm. 2333, 1° jul., 1919, p. 3. Al pie de la foto leemos: "El Presidente Venustiano Carranza dictando documentos oficiales al señor don Gerzayn Ugarte, en los momentos en que el actual Ministro de Méjico en Caracas desempeñaba alto puesto de confianza al lado del jefe de la Nación mexicana". Esta imagen también acompaña una elogiosa semblanza anónima sobre la personalidad del doctor Gerzayn Ugarte titulada: "El Presidente Carranza y el Ministro de Méjico en Caracas".
    Véase las notas correspondientes a las imágenes La tristeza de don Venustiano Carranza y Venustiano Carranza a caballo.
 
 

ELV