I.
Loro idéntico al de mi abuela
Funambulesca voz de la cocina
Del corredor y de la azotehuela
No bien el Sol ilumina
Lanza el loro su grito
Y su áspera canción
Con el asombro del gorrión
Que sólo canta "El Josefito"...
De la cocinera se mofa
Colérico y gutural
Y de paso apostrofa
A la olla del nixtamal.
Cuando pisándose los pies
El loro cruza el suelo de ladrillo,
Del gato negro hecho un ovillo,
El ojo de ámbar lo mira
Y un azufre diabólico recela
Contra ese íncubo verde y amarillo,
¡La pesadilla de su duermevela!
¡Mas de civilización
un tesoro
Hay en la voz
De este super-loro
De 1922!
Finge del aeroplano el ron-ron
Y la estridencia del klaxón...
Y ahogar quisiera con su batahola
La música rival de la victrola...
En breve teatro proyector de oro,
De las vigas al suelo, la cocina
Cruza un rayo solar de esquina
a esquina
Y afoca y nimba al importante loro...
Pero a veces, cuando lanza el jilguero
La canción de la Selva en
Abril,
El súbito silencio del loro
parlero
Y su absorta mirada de perfil,
Recelan una melancolía
Indigna de su plumaje verde...
¡Tal vez el gran bosque recuerde
Y la cóncava selva sombría!
En tregua con la cocinera
Cesa su algarabía chocarrera,
Tórnase hosco y salvaje...
¡El loro es sólo un gajo
de follaje
Con un poco de sol en la mollera!
II.
ORACIÓN FÚNEBRE
DE LORO
¡Ha muerto el lorito real
De España y de Portugal...!
Anoche, desde el corredor hasta
el patio
Cayó, preso en su jaula
de hojalata
Y al ir cayendo, en ansia
de naufragio
Enmedio de la sombra gritó:
"¡Daca la pata!"
¡Nadie lo socorrió!
Al estrépito se asomó
Toda la vecindad a las ventanas
Mujeres en bata, niños y
ancianas,
Y dijo una voz:
"¡Es el lorito del 302...!"
"Si cayó de cabeza muere".
(Dice la gente
Que cuando el pico se hiere
Un loro muere irremisiblemente...)
Aquel decir tan zafio
Fue el único responso del
loro
Que bien merecía un epitafio
¡Tallado en esmeralda y con
letras de oro!
"¡Sic transit...!" En vano
esperé
Que el loro resurrecto gritara:
"¡Me bajé!"
La escena del siniestro quedó
a solas
Volvieron a sonar las victrolas...
Tal vez el viento en la sombra arrastra
una pluma verde
Que se confunde con la hoja de
un árbol y se pierde
En esa sombra donde murió
el loro
En la sombra agorera
Donde un gato nocturno finge el
lloro,
Desesperado, de una plañidera...
III.
MEDITACIÓN TEOSÓFICA
Yo fui loro en la Luna...
Me lo ha dicho la Teosofía
Y aquella que fue una
Alma inocente y gárrula,
es hoy el alma mía.
Aún el recuerdo no se pierde
En mí de la Luna y el ave
ancestral
Y los dos flotan como un chalchihuite
verde
Dentro de una esfera de ópalo
y cristal...
Tal vez en los dinteles del más
allá, me espera
De los loros de México la
tropa vocinglera;
En los planos astrales le darán
a mi alma
La bienvenida... y sublimando la
voz
Tenderán en cada ala la
curva de una palma
¡Y habrán de cantar
como los ángeles de Dios!
México, Hotel Ansonia
Febrero de 1923.
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