Con las enaguas encarnadas
De la China poblana
Hace el nacionalismo novilladas
Y la hierática Tehuana
De los senos erectos,
Ha sido convertida en Don Tancredo!
(Las onzas de oro tiemblan en su
seno
Sollozante y moreno.)
El coso es de azulejos
¡Por supuesto!
En barrera las mantas del Saltillo
De tanto estar al sol pierden su
brillo.
La cuadrilla es de charros
Modelados en barros
Tapatíos y levemente andróginos...
En las criollas melenas
Clavan una intención de
españolada
Mantillas y peinetas...
Los ojos indios brillan de soslayo
y gritan teponaztle y pandereta:
¡Viva Cuauhtémoc y
Viva Pelayo!
. . . . . .
. . . . . . . . .
. . . . . .
. . . .
. . . . . . . . .
. . . . . . .
Sobre su tumba gigantesca y yerta
Con ojos de heliotropo sigue al
Astro, desde el volcán la
Mujer Muerta
Y el sol tras de los oros del chimal
Dispara las saetas de sus rayos
Que por la tarde silenciosa van
A cubrir con suavísimos
desmayos
¡De xúchiles y rosas
al volcán!
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