Nina Cabrera de Tablada Nina Cabrera de Tablada (Reverso)

 

FICHA CATALOGRÁFICA
 

106. Nina Cabrera de Tablada.
Fotografía en blanco y negro.
3 15/16" de diámetro.
[Al reverso ms. tinta: "New York, 1930".]
 
 

NOTA
 

La fecha que tiene al reverso este retrato –"New York, 1930"– no es verdadera. La fotografía corresponde, cuando mucho, a la estancia del matrimonio Tablada en sudamérica, en 1919, pues fue reproducida en la revista venezolana Actualidades, año III, núm. 28, 13 jul., 1919, p. [14]. Más tarde, con motivo de la celebración de la Independencia de México en Caracas, El Nuevo Diario, año VII, núm. 2410, 16 sep., 1919, p. [1], volvió a publicar esta foto de Nina, donde se destacan su juventud y belleza. Al pie de la misma, leemos la siguiente inscripción: "Señora Delia C. de Tablada, esposa del señor José Juan Tablada, Encargado de Negocios de México en el Ecuador". El contexto del año 1930 es otro. Probablemente la fecha al reverso del retrato se deba a un ordenamiento posterior.
    Las noticias biográficas de 1930 sobre Nina y Tablada son muy escasas. Es preciso recordar que el escritor había censurado en su Diario aquellos episodios de los que no deseaba dejar testimonio alguno. Más tarde, Nina habría hecho lo mismo.
    Sin embargo, es fácil deducir que para 1930 Nina había consolidado su matrimonio con José Juan Tablada. Tenía entonces 35 años y el poeta alcanzaba ya los 59. Ambos se habían establecido en la "Babilonia de Hierro" desde 1920. En 1930, el matrimonio Tablada radicaba en Forest Hills, Long Island, cerca de Manhattan, y continuaba pasando los veranos en su propiedad de Catskill. El poeta se recuperaba de una larga y penosa enfermedad renal.
    Dos años más tarde, el 10 de octubre de 1932, Tablada anotaba la siguiente confesión en su Diario:

Octubre 10. Fui a ver a Claude Bragdon y le conté mi cuita. ¡Mi mujer encinta! ¡Si resulta, seré padre al cumplir 62 años! Claude tan acogedor y magnánimo como siempre. Me abrazó, me mantuvo abrazado, conmovido y conmoviéndome hasta el nudo en la garganta. Por lo pronto, sólo me siento anonadado, como si me hubieran dado un golpe en el cerebro.
    ¡Pero si ese amor fuera causa de la Liberación! [Obras IV, p. 319].
Ésta es la única mención conocida sobre la posible descendencia de Tablada. Nina debió perder a esta criatura; jamás se vuelve a aludir al asunto.
 
 

ELV