Paisaje campirano y Cascada y río

 

FICHA CATALOGRÁFICA
 

Carpeta III. Carpeta tamaño carta con pastas de cartulina beige, 20 folios de papel bond blanco. Portada con varias leyendas.
8 3/4 x 11"
[Manchas, roturas y arrugas.]
Descripción por folio.

4) Dibujos hechos por José  Juan Tablada en su [tachado: infancia] niñez.

1) Paisaje campirano.
Acuarela y lápiz sobre papel bond.
4 1/2 x 3 1/4"

2) Cascada y río.
Acuarela y lápiz sobre papel bond.
5 1/2 x 4 1/4"
[Roto y con cinco esquineros.]
 
 

NOTA
 

José María González de Mendoza describe estos dibujos infantiles en su ensayo "Pinturas de Tablada", incluido en su libro Ensayos selectos. En su opinión, pueden haber tenido como escenario "la hacienda tlaxcalteca donde el niño pasó temporadas". No obstante, por la presencia del pequeño barco que se distingue al fondo de uno de ellos, tal vez se trate de Mazatlán, ciudad a la que Tablada viajó cuando era niño, pues su madre era originaria de ahí.
    El encuentro de José Juan Tablada con la pintura sucedió tempranamente. Hay dos versiones acerca de este suceso; Nina Cabrera de Tablada recoge la primera en su libro José Juan Tablada en la intimidad:

Era entonces José Juan un niño de cinco a seis años, y andando por la casa de su hermana cierto día, descubrió de pronto, olvidado en un sillón, un libro que no se parecía a los que hasta entonces había visto. Tenía pastas flexibles, color de crema, con un título azul escrito en raros caracteres. Lo abrió y, como si de repente hubiera entrado en el Paraíso Terrenal, comenzó a ver, maravillado, los pájaros y flores dibujados con preciosos contornos e iluminados con vivos colores. Eran aves marinas que se destacaban sobre fondos en los que hacía horizonte la inmensidad del Océano o sobre encendidos crepúsculos y playas salpicadas de caracoles, conchas y estrellas de mar...
    Pero lo que más le impresionó, con la intuición del futuro estético que había de predominar en su vida y darle los más hondos deleites, fue lo preciso del dibujo, la síntesis lograda. Y, conmovido, me decía que la emoción que sintió a los cinco años fue tan honda y tal fascinación le causaron las estampas, que con infantil inocencia quiso apoderarse del libro, como cosa suya; y cuando alguien se lo quitó de las manos lloró inconsolablemente [p. 40].
La segunda versión se ubica en la época en que Tablada mantenía una estrecha relación con su tío Pancho. El siguiente es un pasaje de su libro de memorias La feria de la vida:
El tío Pancho, pintor amateur y coleccionador de antiguallas y objetos de arte era un solterón buenazo y exaltado, locuaz y nerviosísimo [...] En pintura se especializaba en la ornitológica, sólo pintaba pájaros con la única preocupación de reproducirlos fielmente, y porque me tenía afecto y apreciaba mi actitud contemplativa, me iniciaba en sus pintorescos conocimientos de naturalista, de pintor y de amante de la belleza plástica [...] Atribuyo también al tío Pancho el principio del amor a la pintura y a las artes plásticas en general que ha dominado en mi vida. Por el tío supe de las principales escuelas de pintura del mundo y de tanto mirar en el espectroscopio las fotografías que mi mentor había traído de Roma y París, me fue dado desde muy niño conocer las obras maestras pictóricas y escultóricas conservadas en templos y pinacotecas [pp. 57-59].
La pintura tuvo un papel central en la vida de Tablada hasta que llegó el momento en que tuvo que abandonarla debido a la muerte de su padre. Según cuenta Nina Cabrera, en su José Juan Tablada en la intimidad, en ese momento su camino artístico se truncó y jamás pudo ser el pintor que su padre había imaginado:
Cuando murió su padre, estaba José Juan Tablada en la edad en que los muchachos dejan de ser niños para convertirse en hombres. Dibujaba ya cosas muy bonitas, y por eso su padre había apartado dinero suficiente para que fuese a estudiar a Europa y se hiciera pintor. Cabía esperar que, desarrolladas por el estudio sus dotes, llegase a la maestría. Pero al quedar huérfano tuvo que asumir la responsabilidad de velar por su madre viuda y por sus hermanas, como jefe de familia, y resultó imposible la realización de aquel sueño [p. 41].

 

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